sábado, 17 de mayo de 2008

Me agosto de tanto mayo…
Mayo de muros y onomásticos
Mayo de catorces y adiós.

E intuyo que la palma tras cristal se ha vuelto una cortina
Que devela la distancia, pequeña gran distancia.
Hecha un suceso de cartón a la luz de esta neblina
Que amanece como tersando el final de la espalda
Erizando hasta las palmas.

Y al retorno morado
Mi avenida se puso roja
Y chamuscados están los recuerdos,
Que nadie quiso capturar,
Que todos ahora se echan a llorar.

Y la última brisa fue violenta, y trajo un ave inofensiva
Que se recostó a mi pecho.
Lucía verde agua y cuculadita.
Y me desgarró de a pocos y violentamente, deshilachando mis huestes
Hasta encontrar su músculo añejo y predilecto
Y deglutió como sin querer algo de carroña tras empanzarse
Y escupió algo con sinsabor
Y de pronto…se alejó.

La vi como últimamente;
Con vista gacha
Y el seño hecho penumbra.
Con las alas ceñidas y apuradas. Muriéndose de pena.
Es que habíase comido al padre.

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