martes, 17 de agosto de 2010

¡A ciscar!


Sabes que tras el peldaño te espera.
Lo lamentas, pero es así.
Nuevamente angosto y más angosto; el hilo por el rabo,
El peto embutido en la carcasa, el techo en la nuca si tienes suerte.

Agárrate de la rabia y no pierdas la saliva en plegarias;
Sino cágate en medio de la sala
Y sabrás que no apesta lo suficiente
Como para que abran las ventanas.

Pena sobre pena,
Lástima sobre nostalgia;
La memoria sabe tan dulce que en el paladar amarga.

Llora y vuélvete a cagar…
En el rincón, en la mesa, la recepción y en el mismo despacho.
Dibuja como infante a brochazo caqui
Y mea como Pollock;
Sacúdelo con garbo
Y brinca como chango
Llorando tus chinches y riendo a cuatro patas.

Despeina la etiqueta
Y desabrocha esos modales;
Vuélvete a la orgía, y porfía!, porfía!!
Dándote manotazos
Extendiendo la axila, en la ingle de la indecencia
Y vuelve a cagarte
Proclamando tus islotes como patrias
Izando la bandera sin colores
Donde todas nuestras almas crepitan al fuego.

Pero no confíes de lo ebrio
Que tras de ti la revolución sigue siendo un fracaso
Pues todos se deslizan aún abrazados
Esperando recompensa, o esa cama tenue hecha remanso de sus días lerdos.

Ya se sabe, el embudo nunca es filtro.
Pues sólo vierte mejor el contenido,
Para que el recipiente no pierda un solo espacio vacío.