sábado, 17 de mayo de 2008

Me agosto de tanto mayo…
Mayo de muros y onomásticos
Mayo de catorces y adiós.

E intuyo que la palma tras cristal se ha vuelto una cortina
Que devela la distancia, pequeña gran distancia.
Hecha un suceso de cartón a la luz de esta neblina
Que amanece como tersando el final de la espalda
Erizando hasta las palmas.

Y al retorno morado
Mi avenida se puso roja
Y chamuscados están los recuerdos,
Que nadie quiso capturar,
Que todos ahora se echan a llorar.

Y la última brisa fue violenta, y trajo un ave inofensiva
Que se recostó a mi pecho.
Lucía verde agua y cuculadita.
Y me desgarró de a pocos y violentamente, deshilachando mis huestes
Hasta encontrar su músculo añejo y predilecto
Y deglutió como sin querer algo de carroña tras empanzarse
Y escupió algo con sinsabor
Y de pronto…se alejó.

La vi como últimamente;
Con vista gacha
Y el seño hecho penumbra.
Con las alas ceñidas y apuradas. Muriéndose de pena.
Es que habíase comido al padre.

viernes, 16 de mayo de 2008

sol de taberna

Su mérito es ser de pie;
Farol de los navíos extraviados
Cazadores de un estrecho paraíso o islote
Donde dejarse al edredón de la tabla redonda signifique
Chasquidos efervescentes del fin de la última noche.

Más lo extraño no es su boca,
Ni la trama de sus ajados bellos.
Lo sincero es su cadencia
Resuelta en la inmovilidad de sus pares sucesos
Resumidos en 2 colosos momentos
Henchidos y tectónicos
Proletarios de 11 a 7
Pesando cual talegas
Señalando siempre al frente
A pesar de sus ojos enterrados
Y la clásica señal de estupor
Que trapea y coquetea
Reprime y embrutece
A los viajeros sin norte
Habitantes del insomnio en el pernocte.

Quizá el colirio esparcido la refleja
Pero no toda en su esquiva prenda de bagatela.
Quizá su ancha cutícula en verdad la exprese
Más no toda en su casta forma de simular la dulce seña;
Quizá sus días sean como sus senos
Hinchados y atrapados al negro velo de plebeya.

recreo




Entiendo tu martes
En el asiento de atrás
En la legaña negada, que abandona la única paz de la infancia
Empapada a la fuerza
Para embutirte la hoja hervida, agolpada de margarina, si fuera la suerte tanta.

Entiendo tu remilgo
Al ser cabalgado cual mula
Ante pesada y absurda estiba, de las miles de hojas encriptadas
Y centenarmente tan brutas.

Y entiendo tu barullo
De recreo impreso en mermelada
Embadurnado de sal y rodilla empolvada
Que deshace la tela ploma
Como si los chinos en ello no se dejaran.

(más no entiendo esa falda
envuelta en coleta y paleta roja
que sinceramente evoca, ser maestro de gratificación penosa)

Pero envuelto tu mar, en la bruma del paredón
Verde e inmenso, con niebla estoica
Que te atora las palabras
Y retoca las historias
Vale para mí tu sueño, y tu triste zarandeo, a las mañanas de cocoa,
A los recesos de lactosa,
Y a los bostezos de cuarto de hora.

Porque en tanto el libro se abra a regla resonante ante el madero
Más respiro en pesadilla será en tus sesos
Y en tanto el recitar sea tarea
Más tertulia tendré a través de las teclas
Y en tanto el número sea hielo y tres palitos,
Sumaré tan sólo con mecánicas trucheras
Y en tanto un pasado evoque pinturas de la Warner
Menos adjudicaré un imperio a una varilla
Y en tanto la polilla en el umbral sea toda tu salida
Se regirán las puertas de tu nube distraída
Allí donde anda tu casco volando
Y tu costra segregando y esperando un nuevo tajo.
Vale el ocio como la escuela de color y crías brillas.

Salida!!!!!!!