viernes, 30 de abril de 2010
1ro
No cabe duda que el primero se fue al último
Graznando en los escombros de Chicago
Y bebiendo ron en las veras de la isla colorada
Que ya parece sacra para los zurdos
Y es ceniza del fuego que quemó mitad del mundo.
Y el primero podría ser segundo o tercero si hubiera paso tras paso en cuadras
Pero hoy es reparo en las playas y libar hasta las últimas ganas
Pues el tiempo hizo de una enorme fecha solamente un feriado
Y al hierro lo templó el neón, y quizá el aroma profiláctico.
Y el primero no es más que una semana santa ensangrentada
De memorias y otrora pancartas
De afirmaciones y relojes partidos en 1/3 a punta de carajos
De botones desgarrados en los parques bombardeados
Y del único sentido estricto que le quedaba al carril prohibido por los caza brujos y sus enormes manos.
¿Es la marcha una procesión en vano?
¿Es la consigna un rezo inútil y fatuo?
¿Es el recuerdo un pasaje bíblico mal contado?
¿Es el huevo abortado ahora siquiera clara para un chifón barato?
El 1ro se volvió una religión más de un ciego encapuchado
Que lloramos todos porque en alguna parte del camino se nos olvidó.
Ya sabemos que el octavo ensayo no se nos enseñó.
miércoles, 14 de abril de 2010
El amanecer brío
El sol es la mortaja de los arrepentidos
Más, tengo aún al olvido como garantía
Para saber que el piso aún tiene razón de ser piso.
La memoria repleta de petizos incendios
Y el día que amontona las eses de la gran ciudad.
Ese es todo el sentido de la palabra en rigor estricto.
No interesa ya la sucedánea revisión de los hechos
Ni los monumentos al pasado y sus bustos incólumes.
El descaro del absurdo es tal, que aún la tierra gira de pie y de cabeza
Y el día se termina para amanecer de lo lindo.
¿No basta acaso con estar todos tan juntos?
¿O hacer montañas de informes para el juzgado imberbe, nos exime de ser especie?
Hornos desnutridos
Apolillados pizarrones
Medias en exceso zurcidas
Ventanas parchadas
Ojos a través del píxel
O una tecla hecha palabra.
¡CUANTO DERECHO A SER MUNDANO!
Pues así ya no cabría el orgullo de pronunciarnos razonables
Pues el panteón ya no sería el hotel sugerido para las luces brillantes
Sino la acera donde gime la fruta en manos de una familia descocida.
La autopista lleva féretros por kilo
Y el neón es el nuevo celaje de los exitosos representantes de abrigo
Que ya no saben si el dolor duele
Y ya no saben si el pudor se excede.
Hiede, ¡HIEDE!
Más, tengo aún al olvido como garantía
Para saber que el piso aún tiene razón de ser piso.
La memoria repleta de petizos incendios
Y el día que amontona las eses de la gran ciudad.
Ese es todo el sentido de la palabra en rigor estricto.
No interesa ya la sucedánea revisión de los hechos
Ni los monumentos al pasado y sus bustos incólumes.
El descaro del absurdo es tal, que aún la tierra gira de pie y de cabeza
Y el día se termina para amanecer de lo lindo.
¿No basta acaso con estar todos tan juntos?
¿O hacer montañas de informes para el juzgado imberbe, nos exime de ser especie?
Hornos desnutridos
Apolillados pizarrones
Medias en exceso zurcidas
Ventanas parchadas
Ojos a través del píxel
O una tecla hecha palabra.
¡CUANTO DERECHO A SER MUNDANO!
Pues así ya no cabría el orgullo de pronunciarnos razonables
Pues el panteón ya no sería el hotel sugerido para las luces brillantes
Sino la acera donde gime la fruta en manos de una familia descocida.
La autopista lleva féretros por kilo
Y el neón es el nuevo celaje de los exitosos representantes de abrigo
Que ya no saben si el dolor duele
Y ya no saben si el pudor se excede.
Hiede, ¡HIEDE!
martes, 6 de abril de 2010
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