Pensar en el cobijo de los huesos
Como alfombra de polvo
En pro de los rezos y los recuerdos
Carcome la esperanza
Y enluta la tan aclamada, a esa tan aclamada.
Y en nombre del bostezo
Acuclillarse ante un frío objeto
Para sentir el fresco de un óleo
Y arrullar la densidad de un violoncelo
Atora nuestros más desarrollados, esos cinco desarrollados.
Pero encumbrar en hileras
Los aniversarios de un patio hecho 4 hitos
A favor de un número pequeñísimo
Enrostra el monumento de costra
De ese nuestro tan atizado tino.
Esa tan aclamada,
Esos tan desarrollados
Ese enorme tino,
Ese grueso hilo, que pasa desapercibido
De la punta de un oído a otro limbo.
martes, 1 de septiembre de 2009
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