Me rindo en cuantías peligrosas
Y hasta recomendables.
Dándole hasta la tarde de la sábana
Y mascando las letras del epitafio.
Me rindo como sana recomendación.
Porque sí que es vanidoso el espejo;
Reflejo de las 20 veces que hemos contado cienes
Sin pensar en volver asteriscos las sienes.
Y el desaparecido etcétera
Entre las agujas sin tela;
Y los apócrifos 12 (esos apóstoles)
Se hacen cuaderno de notas.
Y el cofre de la memoria, está colgado en el pizarrón líquido
Donde todos se encuentran
Donde todos se enferman.
martes, 10 de marzo de 2009
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