Ya no podría negar
Que en tus fauces las costas me fueron ajenas
Y el brío inmediato que esperaba de tus habitantes y tus muros
Fue el castigo de una penumbra de 7 vidas
Cada cual más muerta que tierna.
Más, hoy te recorro…
Y luces sin dentadura y labios ajados, como si hubieras bebido anfo
Y tu resaca te hubiera descascarado.
Pues te has perdido en tus 4 centenares
Para lucir deshecha y estrujada
Empecinada en permanecer
Tan indecente
De par en par abierta hasta tu estrecha fuente.
Y tus jardines sensuales
Se derruyeron en pastizales de medio concreto
Y tus ventanas empolvadas
Se tramitaron a pedradas
Y tus senderos recostados
Se fueron de espalda ante la comba regada
Y tu pasantía descarnada, de tunantes errantes
Es sorteo de agrietadas plazas
Y recuerdo del mantón de espanto acurrucado en los olores de las diez y veintiséis.
Porque contigo se fueron los turistas, tan tuyos.
Y los cachuelos de los olvidados
Despojados de sentirse apropiados de algún suelo.
Y marchitaron tu ceniza de parla entre los 4 lados de un recinto
Como si el viento se encargara de empapar la noche de frío.
Ya no podría negar
Que te he llorado un mural
Como si mi tejado se me fuera
Allá donde una vez descubrí que habían muchas piedras
Que debieron ser más que escombro de esta madriguera.
Que en tus fauces las costas me fueron ajenas
Y el brío inmediato que esperaba de tus habitantes y tus muros
Fue el castigo de una penumbra de 7 vidas
Cada cual más muerta que tierna.
Más, hoy te recorro…
Y luces sin dentadura y labios ajados, como si hubieras bebido anfo
Y tu resaca te hubiera descascarado.
Pues te has perdido en tus 4 centenares
Para lucir deshecha y estrujada
Empecinada en permanecer
Tan indecente
De par en par abierta hasta tu estrecha fuente.
Y tus jardines sensuales
Se derruyeron en pastizales de medio concreto
Y tus ventanas empolvadas
Se tramitaron a pedradas
Y tus senderos recostados
Se fueron de espalda ante la comba regada
Y tu pasantía descarnada, de tunantes errantes
Es sorteo de agrietadas plazas
Y recuerdo del mantón de espanto acurrucado en los olores de las diez y veintiséis.
Porque contigo se fueron los turistas, tan tuyos.
Y los cachuelos de los olvidados
Despojados de sentirse apropiados de algún suelo.
Y marchitaron tu ceniza de parla entre los 4 lados de un recinto
Como si el viento se encargara de empapar la noche de frío.
Ya no podría negar
Que te he llorado un mural
Como si mi tejado se me fuera
Allá donde una vez descubrí que habían muchas piedras
Que debieron ser más que escombro de esta madriguera.
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