De corazoncito rampante ante las medialunas
Establecido en mi gélido momento del día
He de escarbar entre la tierra gélida
En busca de un humor tibiecito
Que en cariño de la miseria, pueda darme cobijo.
Y en paseo vitando ante las estrellas estremezco lo poco de alma
Que ha crecido entre este frío
Y remonto los recuerdos al futuro para verme imaginado un sueño
Que chiquito de cadalso se ha mantenido
Acalorado entre este pálido huerto de rizos negros
Y valiente entre el rosedal de los cabellos y sus designios hechos belfos.
Y fijamente encuentro entre el témpano… el reflejo
Y allí donde nace la imagen de mi rostro
Veo un tenebroso mundo a tientas
Que detrás se ha destruido y que empiezo a recordar.
Y concretamente tuve los ojos de Cristo
Al ver mi globo azul hacerse apéndice de lo podrido
Y en mutante brío el hombre hecho un cazador de los que no hay
En pedacitos se fue hasta un África sin apetito, para la panza atorar.
Y en los guiños de la congelada pantalla
Que convulsionaba como de tanta fotografía de una nada
Me contuve al momento de un ángulo,
Para percatarme de un pedazo de alma
Que se lloró en esta tierra
Donde la niebla era el tránsito
Y la soledad la mejor querella;
Entonces los mitones y herramientas tomé
Por conservar esa lágrima y hacerla correr
Para que el llanto de esta sal perpetua se arrime entre las rocas celestes
Y se haga mares.
Y en mi afán no dormí un invierno
Ni divise las boreales danzas de las almas del universo
Pues mi tijera y mis callos, solamente a la futura plegaria se daban
Porque daba nada y daba nada.
Y al pasar los tres veranos pertenecientes a esos mutilados años
Allí donde recorría mi calma un poco de descanso
El haz del sol rozó mi vientre
Y percateme de la vida hecha verdad
Pues en esta tierra helada había brotado un niño
Que llorón tenía un solo pétalo
Y al cual haría yo de hasta su madre
Pues podría ser una tonta expresión de mi era
Pero en plutón creció de la baldía tierra
Mi planta llena de tristeza
Mi única razón de la existencia.
Establecido en mi gélido momento del día
He de escarbar entre la tierra gélida
En busca de un humor tibiecito
Que en cariño de la miseria, pueda darme cobijo.
Y en paseo vitando ante las estrellas estremezco lo poco de alma
Que ha crecido entre este frío
Y remonto los recuerdos al futuro para verme imaginado un sueño
Que chiquito de cadalso se ha mantenido
Acalorado entre este pálido huerto de rizos negros
Y valiente entre el rosedal de los cabellos y sus designios hechos belfos.
Y fijamente encuentro entre el témpano… el reflejo
Y allí donde nace la imagen de mi rostro
Veo un tenebroso mundo a tientas
Que detrás se ha destruido y que empiezo a recordar.
Y concretamente tuve los ojos de Cristo
Al ver mi globo azul hacerse apéndice de lo podrido
Y en mutante brío el hombre hecho un cazador de los que no hay
En pedacitos se fue hasta un África sin apetito, para la panza atorar.
Y en los guiños de la congelada pantalla
Que convulsionaba como de tanta fotografía de una nada
Me contuve al momento de un ángulo,
Para percatarme de un pedazo de alma
Que se lloró en esta tierra
Donde la niebla era el tránsito
Y la soledad la mejor querella;
Entonces los mitones y herramientas tomé
Por conservar esa lágrima y hacerla correr
Para que el llanto de esta sal perpetua se arrime entre las rocas celestes
Y se haga mares.
Y en mi afán no dormí un invierno
Ni divise las boreales danzas de las almas del universo
Pues mi tijera y mis callos, solamente a la futura plegaria se daban
Porque daba nada y daba nada.
Y al pasar los tres veranos pertenecientes a esos mutilados años
Allí donde recorría mi calma un poco de descanso
El haz del sol rozó mi vientre
Y percateme de la vida hecha verdad
Pues en esta tierra helada había brotado un niño
Que llorón tenía un solo pétalo
Y al cual haría yo de hasta su madre
Pues podría ser una tonta expresión de mi era
Pero en plutón creció de la baldía tierra
Mi planta llena de tristeza
Mi única razón de la existencia.