viernes, 15 de abril de 2011

al pie del orbe

Inmensidad, llana inmensidad…
Me tocó verte tupida de fierros
Y entumida entre tus torres de ensueño,
Tan cansada,
Tan elocuente,
Tan soberana y demente.

Tu horizonte es un remedo de espejismos
Un enjambre de cadalso
Y un exhalo de horror que quema;
Pero es tan inmensa siempre tu estela…
Que me aplanas y machacas
de
rru
yén
do
me.

No eres la noche abierta
Ni el mar absorto;
Sino un fogón de decisiones revueltas
Donde chapoteo Aleado y chamusqueado (como tiene que ser)…
Falso.

Pero en ti, soy tan ciervo…
Tan tunante y poco verbo
Que me pierdo en el hocico de todas tus fauces,
Y me recuerdo timorato
A sabiendas que no podré huir,
A pesar de ser el gramo ínfimo
En tu sábana infinita
Donde unos escribieron de musas y heroína,
De lunas y madrugadas frías.

De tu estadística me enfermo
De tu cántico me resquiebro
Y de tu inclemente mazo soy acólito cerdeño
Pues te meo,
Te sufro
Y hasta te requiero.

Soy en tu inmensidad lo más pequeño
Pero siempre me encuentras,
Pues no hay búsqueda complicada ni hueso enhiesto.
Hay temblores en el alma
Calambres en tu asbesto.

viernes, 8 de abril de 2011

Sereno

El navío sereno y la sal en el rostro agrietado.
La balsa encallada…
Y el horizonte desparramado en sensualidad occisa.

Saber que no habrá buen puerto es una certeza tan vacía
Que el vaivén del océano se luce áurico de pasiones
Y a El que no se le niega nada
Se le entrega la caspa, y la testa rapada.

La calma densa
Que augura el remolino;
Es un bálsamo insano de los rumbos que no tomaste
Y en el navegar enfermo
La dársena de la muerte se escribe,
Como un viejo saxofón exhumándose en el bar sucio del callejón perdido.

El corazón en duda
Envuelto de afeite sin brisa
Te rodea de la misma soga que sujetas hasta hacerte llagas
Pero igual te plantas a dos patas frente al olear
Donde sabes que perderás hasta lo perdido
Y el fiambre es un accesorio cosmético del paisaje
Que moja lo reseco de todos esos magros recuerdos.

Hay rumores de tempestad…
Hace un invierno todo hubiera sido orilla
Y en este otoño todo es dudas y cuchillas.

viernes, 25 de marzo de 2011

Residencia


No ha servido irse
Sino para hervir el pasado,
Y roer el óxido de mis cayos
Que implantaste soberanamente…
En cada llaga abierta de mis pasitos de venado.

Tus calles azules,
Que soportan lo que fue el sueño de mozos rampantes.
Son hoy el panteón de torres hongueadas;
Guaridas de macoña y falos babeantes en húmedos duraznos.

Tu loza cuarteada, testigo de acrobacias y piruetas
Es hoy terreno estéril de cueros desinflados
Donde rechinan los vidrios de noches desaforadas
Y se mata y se muere la muerte.

Tú me arrojas al recuerdo del primer vaso a hurtadillas
Y al pucho ahogado en bocanadas
Con los arpegios de una vida que en todo se nos tardó.

Mi romance tras los basurales
Se deshizo en cavernas de hijos abortados
Y demás postres de resina y simulado edredón.
Tu mar de sótanos y rendijas,
Tus austeros parques rancios
Tus bancas hechas podios y hasta púlpitos de nuestro semen catapultado.

¡Qué sed de competir de rodillas sin querer ganar nada!
Y derrocar lo poco de recuerdo magro
Con los brazos extendidos girando al viento siendo ingrávidos,
Danzantes de lo escéptico,
Músicos del ritmo silencioso
Que brindábamos al sol con saliva
Sudando de cariño en ese arco imaginario.

Palomino es tumba de deseos
Y grieta de unas Bermudas que resisten a extraviarse del todo.
Porque si no qué puede ser:
Fracasar y sentir el triunfo
Que es libar los conchos de madrugada
Y aspirar lo más barato del suelo
Queriendo volar para chocarse… siempre.

Esta es la frustración deliciosa
El ritmo candente de un desenfreno
Que muta en brillos efímeros que bastan…
Para ser héroe,
Para ser nadie,
Para nada…


jueves, 17 de marzo de 2011

dueto cárdeno



Sujeto al juicio de tu silencio
Y a la calumnia de diatribas mechándose en mi seso
Cuelgo el traje nupcial de este matrimonio ahogado
Y exprimo el vello de estas gónadas entumidas para decirte con cabeza de pájaro
Ven…

Alcemos cada disturbio de esta censura apuñalada
Y gritemos las lecturas que los ojos chamuscados no pudieron cantar.
Cerremos el capítulo que nunca empezó
Para comenzar lo que sabemos no podemos dar punto final
Ni aparte, ni seguido…

¡Esta basura de aceptar los juicios!

Cómete cada silencio de mis aullidos
Y sacude a gritos los pellejos rancios que encuentres
Frótate mis tripas y estira mi verga hasta hacerla una daga
Con la que debes darme muerte
Y en silencio habitar tanto en mí
Como en el otoño de las cavernas.

Y hazte chozas de mis huesos
Y cubre tu cama de mis pelos
Decora con mis garras amarillas las esquinas de tu sala
Y huele lo fétido de esta entrega enferma
Que sesea,
Que babea,
Lloriquea,
Y en la patraña pensante se queda.


viernes, 25 de febrero de 2011

documento

La exagerada ficción que rasguña la pantalla
Y la escupe de ditirambos…
Todos en fila, y uno más torcido que otro.
La comunión de los extremos,
La codicia de lo regalado,
El corazón de lo efímero,
La silueta de la porquería,
Y el acto transversal del traslado cómico.
Lo aburrido del ocio empaquetado
Y el eco de la sinuosa veleta encallada en la nada del océano.
Con mi febril constancia de aparato…

Tengo interruptor, y hasta unidad de medida.
Tengo el desperfecto de oscurecer en las avenidas
Y chapolear bajo el poste más tenue,
En la guarida de la prostituta de harapos y narices entumidas.
Tengo escuálidos momentos de cordura
Y una vez despellejado el ritmo, de mis féretros extremos,
No hay tarola que replique mis apurados miembros.

Y cuando exige la gravedad,
Plantarse recto en el umbral sin luna
Extiendo el cheque sudoroso
Empeñando nuevamente mis hombros con todo y patas.
Para empapado, masticado y escurrido
Correr de vuelta en vuelta en la madeja de tu olvido sin cintura,
Tan perfecto diseño de envoltura
Que la soledad de alturas
Despedaza la nostalgia; y te hace gallardo peón
De este ejército eterno que protege cada piedra
De este templo sin motivo
¡Que te excreta!

Ésta colonia usurpada del sueño
Que niega la posibilidad sin pudor,
De alcanzar el sino.

Ésta covacha luminosa que te prohíbe…
Porque si te decantas en una que otra pregunta
Está la nalga apenas decorada
Y el naufragio retumbante de una melodía contracturada
Y el peyote cuadrado de bolsillo y de sala.
Todo bien ganado con la muerte de cuarentaiocho pelos desperdiciados.
Y todos dicen ¡salud! y arriba las palmas…
Y tu danza insomne agrieta los muros
Del único pabellón que resiste,
El último frente del círculo polar
Que colude la amnistía con el puño encostrado.


¡Por favor!
No dejes que tomen la última celda
Mantente preso en aquella grave querella
Aquella saliva espesa que siempre cuesta tragar
Y recuerda que otra vez comienza
La procesión de las velas y las llagas.
La caminata entre semillas sin periodo de siembra llorada.

jueves, 3 de febrero de 2011

Obrero de carne;
Tu derrota es la existencia
Y el ocio una jugarreta oropelada de expendio febril
Que una vez al año sonríe al pie
Y a la percha de zurcido cachemir.

Obrero de mimbre;
Devuelto, revuelto, envuelto…
De rebote exacto y pordiosera propina
De plástico terso y brilloso fundillo.
Eres ósculo al absurdo
Y tu cadáver anda absorto de licencias al alma
Que en el folio de las oraciones te perdiste
Sin fichero ni estante en la covacha.

Obrero de huaipe;
Te veo gacho a cuatro patas
Y soy más rastrero aún por no extenderte mi mano
Que en justo mordisco harías trizas de un solo bocado.
Obrero de palta.
Obrero de azúcar.
Obrero de nada, pero también obrero…
Es el jornal lo que te prende en vilo
Haciendo equilibrio cuando ya hubieras caído de panza al fierro
Y justo roído.

martes, 2 de noviembre de 2010

I

Sicario de mis personajes
Suicida del elenco carburado en procesiones de silencio.
Uno a uno… van cayendo los trajes civilizados:
De la jeta fruncida y la amabilidad a cuestas,
De la serenidad y la taimada sapiencia,
De la cordura planchada y la verdad entera.

Bang, bang!!
El hilo cárdeno traspasa la rendija
Y los salpicones decorando las mayólicas
Los limpio con calma de asesino y una misa en los labios;
Y aún con las uñas rojas y el hedor amarillo
Tiento como orfebre el próximo molde de caparazón de estaño
Y me encorvo en ritual carpintero
Para tallar la nueva sonrisa
Esculpiendo la oscuridad de su mirada
Si es que lo quiero perro, poeta o patético obrero sin puño de protesta.

Me maquillo de mi madre y le abro los ojales
Lo visto de lunes y le ajusto la corbata
Le espolvoreo la obediencia bajo la papada
Y le canto una tonada de conformismo edulcorada (¿les suena la pared maravillosa?);
Pero acabado el oropel ciudadano
Le enfundo tras la espalda una calibre 44
Pesada y fría, apuntando hacia la nuca
Para no olvidar que el sueño calmo repleto de culo rascado,
Pesa más que lo imposible de ser erguido ser humano.

Y él me dice, plástico y empaquetado:
Háblate a ti con la conciencia de estar acabado
A fin de cuentas, basta con nuevamente querer haberte matado.